Muchos cabaiguanenses se han destacado en la sociedad por su actuación en el deporte, la cultura y las letras, el trabajo, las ciencias y Pimpo lo hizo como Ingeniero Civil
Por: Daisy Martín Ciriano
Hoy, hay que referirse a un hombre destacado en las grandes obras de la ingeniería civil cubana y que, para muchos, es desconocido que José Esteban Hernández Pérez, nació el 20 de julio de 1936 en Cabaiguán.
Descendiente de canario, fue educado bajo algunas costumbres propias de esa cultura y hasta su traslado a Santa Clara vivió en este pequeño poblado donde compartió su vida junto a su familia y junto a otros emigrantes.
Comenzó sus estudios de ingeniería en la Habana y a pesar de su corta edad fue llamado en 1956, a colaborar en los cálculos estructurales de la construcción del puente de Bacunayagua, obra escogida por la sociedad de Ingenieros Civiles de Cuba como una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana.
Pimpo, como lo llamaban cariñosamente sus compañeros, trabajó como profesor en el departamento de estructuras de la escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de la Habana y posteriormente en el Instituto José Antonio Echeverría. Obtuvo diferentes categorías, incluso la de Profesor Titular.
Su estudio sistemático le dotó de gran conocimiento que ofreció a través de cursos de postgrados y maestrías. Como docente e investigador participo en la formación de profesores jóvenes. En 1978 alcanzó su titulo de Doctor en Ciencias en la Academia de Ciencias de Hungría.
Con esta breve reseña los cabaiguanenses insertan a José Esteban Hernández Pérez, Pimpo, entre los notables hombres que distinguen al poblado por su relevancia y grandeza.
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