Los nuevos Gobernadores Provinciales
La historia y la literatura
universales cuentan entre sus personajes, reales o de ficción, con aquellos que
ocuparon el cargo público de gobernador; baste citar, a manera de sobrios ejemplos,
los de Poncio Pilatos y Sancho Panza: el primero, gobernador romano en la
provincia de Judea, paradigma de vileza y sumisión cuando, al
pronunciar su frase “No soy responsable por la sangre de este hombre”, se lava
las manos y con ese gesto sella la condena a muerte de Jesús[1];
cuando el escudero Sancho Panza, por su parte, víctima de los embusteros duques
al nombrarle gobernador de la imaginaria ínsula de Barataria, escucha el
sermoneo de su señor Don Quijote, con sus sabios consejos sobre la prudencia en
el ejercicio de su fraudulenta actividad jurisdiccional[2].
Y
aunque Poncio Pilatos y ...